SINOPSIS DEL ARTÍCULO
- Proceso de grupo gestáltico.
Primer plano
En este capítulo describo lo que llamo “proceso de grupo gestáltico”, que integra los principios y prácticas de la Terapia Gestalt con los de la dinámica de grupo. Es un modelo en el que el líder utiliza lentes bifocales, prestando atención al desarrollo de los individuos en el grupo y al desarrollo del grupo como un sistema social. Desde este perspectiva, el grupo es considerado no como un conjunto de individuos, sino como un potente entorno psicosocial. Esto afecta, profundamente, los sentimientos, actitudes y comportamientos de sus miembros individuales. El capítulo está dividido en dos partes: La primera parte trata de algunos antecedentes personales e históricos, y la segunda parte trata de la teoría y la práctica de este enfoque bifocal al desarrollo del individuo.
Segundo plano
Este capítulo realmente empezó en 1974, cuando en mitad de un taller gestáltico, de tres días, de crecimiento personal que estaba conduciendo, un miembro descontento saltó de su silla, se puso delante de mí y me gritó: “Esto no es un grupo gestáltico real y tú no eres una verdadera líder gestáltica”. Tomé una respiración profunda, me centré en mi silla y le pedí que especificara sus quejas. En una sucesión de fuegos rápidos, las catalogó. Me dijo que no había utilizado la silla vacía, ni siquiera una sola vez; que le había desanimado sobre trabajar con un sueño al principio de la sesión hasta que hubiera más apoyo cuando se hubiera desarrollado más el grupo; y que había permitido que los individuos dieran feedback a otro y a que se implicaran en otras formas de “cagada de vaca”.
No contesté nada porque tenía reacciones mezcladas sobre este enfrentamiento. Una parte de mí se sentía a la defensiva y quería darle un curriculum detallado de mis credenciales como terapeuta gestáltica y líder de grupo. Otra parte, la líder de grupo, daba la bienvenida al reto. Su comportamiento significaba que el grupo, a través de uno de sus miembros, estaba testando las fronteras de la autoridad. Adoptando una postura contra mí como líder, esta persona estaba planteando una nueva norma y posiblemente moviendo el grupo hacia el incremento de la diferenciación y de la autonomía. Contesté desde esta perspectiva. Sin embargo, me dejó con fuertes sentimientos de frustración mezclados con desesperación.
(Artículo completo en la revista)